El Brazilian Jiu-Jitsu (BJJ) es mucho más que un arte marcial. Para algunos, empieza siendo un deporte para ponerse en forma. Para otros, una manera de aprender defensa personal. Y para muchos, una vía para superar barreras personales, recuperar la confianza y transformar su día a día.

En el Mathias Ribeiro Team Hortaleza (Madrid) hemos visto de primera mano cómo alumnos de todas las edades y perfiles han cambiado su vida a través del tatami. En este artículo compartimos tres historias completas que lo demuestran: Carlos, Marta y Andrés.

Ellos llegaron con motivaciones distintas —buscar más forma física, escapar del sedentarismo o recuperar la energía perdida—, pero los tres encontraron lo mismo: una comunidad que apoya, valores que inspiran y una pasión que transforma.

(Disclaimer: hemos utilizado nombres, así como fechas y lugares ficticios para proteger la privacidad de nuestros alumnos)

Índice de contenidos

Carlos: de recién llegado a Madrid a medallista en el tatami

Carlos vino desde el norte de España a Madrid tras conseguir una plaza como funcionario. Su destino laboral estaba en Hortaleza, y aunque tenía buena forma física, necesitaba algo más: un deporte que lo ayudara a estar preparado y que le ofreciera herramientas de defensa personal.

Conoció el Mathias Ribeiro Team gracias a compañeros de trabajo que ya entrenaban en la academia. Su curiosidad lo llevó a probar, y desde el primer día quedó enganchado. La guardia cerrada, las primeras técnicas y el ambiente cercano hicieron que sintiera que había encontrado lo que buscaba.

Su historia es de superación: en poco tiempo decidió competir y consiguió dos medallas en torneos locales. Para él, competir no era solo ganar, era probarse, aprender y salir de la zona de confort.

“Si yo pude empezar sin experiencia y ganar confianza en el tatami, cualquiera puede hacerlo. Solo hay que dar el primer paso.”


Marta: de un trabajo de 8 horas sentada al cinturón azul

Marta conoció el Jiu-Jitsu gracias a su pareja, que entrenaba en la filial de Alcalá con Mani Tavanaei, cinturón negro del Mathias Ribeiro Team. Al escuchar cómo él hablaba del tatami y al verlo progresar, decidió dejar atrás las excusas y apuntarse directamente a la central de Hortaleza, donde podía cuadrar horarios tras la oficina.

El cambio fue radical. Marta pasó de una vida sedentaria de 8 horas de oficina a entrenar varias veces por semana, ganando fuerza, confianza y mejorando incluso sus dolores de espalda.

Tras dos años de constancia, llegó un momento muy especial: en la última graduación recibió el cinturón azul. Ahora entrena con regularidad y, junto a su pareja —que ya es cinturón morado— sueñan con formar una familia en la que sus futuros hijos también entrenen en el grupo de “minis” desde los 4 años.

“Yo empecé sin haber hecho deporte en años. Hoy el Jiu-Jitsu me ha dado salud, confianza y una segunda familia en el tatami.”


Andrés: el padre de familia que recuperó la energía

A los 46 años, Andrés se sentía atrapado en una vida sedentaria. Padre de dos niños, ex-fumador y con un diagnóstico de EPOC y asma, había probado el fútbol con amigos y el fitboxing, pero nada le daba lo que realmente necesitaba: salud y motivación a largo plazo.

Un día descubrió la academia Mathias Ribeiro Team en Hortaleza y decidió probar. Adaptarse a las rolas con compañeros más jóvenes no fue fácil, pero cada día en el tatami fue una victoria. Perdió peso, ganó masa muscular y, sobre todo, recuperó la energía para disfrutar de su familia.

Hoy, sus hijos también entrenan en la academia, y Andrés se plantea competir en la categoría máster, inspirado por sus compañeros.

“El Jiu-Jitsu me devolvió la energía que pensé que había perdido. Ahora disfruto de mis hijos y de mi vida con más fuerza que nunca.”

Lo que une a estas tres historias

Las motivaciones de Carlos, Marta y Andrés eran distintas:

Sin embargo, los tres encontraron lo mismo:

En el Mathias Ribeiro Team Hortaleza, cada historia es distinta, pero todas comparten la misma conclusión: el Jiu-Jitsu transforma vidas.

Cómo empezar tu propio camino en el Mathias Ribeiro Team

Si te inspiran las historias de Carlos, Marta y Andrés, el siguiente paso es sencillo: vivir tu propia experiencia en el tatami.

📍 Ubicación: Calle Mota del Cuervo 10, Hortaleza, Madrid

👉 Da el primer paso. Ven a probar una clase y empieza a escribir tu propia historia de transformación en el tatami.

Conclusión

El Jiu-Jitsu no discrimina edad, género ni condición física. Es un camino que cualquiera puede recorrer y que, con constancia, transforma vidas. Las historias de Carlos, Marta y Andrés son la prueba de ello.

En el Mathias Ribeiro Team Hortaleza, cada nuevo alumno comienza un viaje único, lleno de retos, aprendizajes y logros. Y lo mejor es que cada historia es solo el principio.